...Llamada así por la forma redonda de su vientre.
Por prudencia, por vergüenza, por cambiar de tema, me doy cuenta de que llega el final de mi embarazo y no me he parado a reflexionar en el blog sobre estos meses de vértigo. Principalmente, por la ausencia de corporativismo y sentimiento de grupo que me caracteriza. Aún me horroriza cruzarme con otra embarazada; me hace sentir vulgar, una más. No hablemos de clases de preparación al parto, consultas ginecológicas, tiendas de bebés. Esas miraditas de soslayo ... "huy, pues no se te nota mucho", "Y tú ¿para cuándo?", "qué bien, una nena"...
Soy una
individualista ( y de eso hablo otro día)
El embarazo ha sido para mí una etapa sorprendente. Nunca me he sentido tan orgullosa de mi cuerpo, de mi condición. La naturaleza en sentido puro funcionando de forma perfecta; dejarse llevar por el sentimiento más primitivo: sin aditivos, sin manuales de maternidad, sin consejos trasnochados. Todo fluye, sucede, evoluciona. Y este sentimento y la fuerza que te invade puede que sean fruto de la alegría y la esperanza, pero también de algo maravilloso llamado
Progesterona.
Hola, soy Marta y soy progesteronaadicta
Hormona mágica, droga perfecta femenina.
- Se acabaron los cambios de humor y el
SPM
- No te duele la cabeza ( primera vez desde los 12 años)
- Luces un escote digno de actriz porno
- No se te cae el pelo. Es más, se vuelve brillante y sedoso. Digno de un anuncio de champú
- Se te olvida depilarte. Y no porque no te veas ciertas partes del cuerpo, sino porque... ¡¡¡no te sale pelo!!!
- Olvídate de la celulitis. Se desintegra
Desgraciadamente, este chute gratuíto de felicidad femenina acabará pronto y volveremos a la
silk-épil y al ibuprofeno.
También me ha servido para priorizar y seleccionar aquello que quiero en mi vida, como no dejarme llevar por la presión del trabajo, o descubrir quién te aprecia y quien no. Porque estar embarazada puede convertirse en la peste bubónica; los hay que se alejan de tí como si tuvieras algo contagioso, o se olvidan de tu existencia por la "vulgaridad" de tu estado. Es una forma de soltar lastre, de sentirse libre y solo agarrrase a los que te tienden la mano.
Y no hay más,
c'est la vie. Nacemos, crecemos, nos repoducimos y morimos - como el anuncio de
cucal - La mayor aventura es vivir, pero también la mayor obviedad.