¿Te gustaría volver a tener 15 años? ¡A mi no!
Recuerdo mi adolescencia con cariño y sin acritud, pero no volvería a montarme en semejante montaña rusa emocional. Basta con volver a mirar el álbum de fotos del insituto y sentir una mezcla de nostalgia y horror. Porque las modas, una vez que dejan de serlo, son muy malas y crueles, no aguantan el paso del tiempo.
En los 90, los adolescentes nos debatíamos entres ser grunges o ver
Sensación de Vivir. Claro, una podía ser moderna y grabarse los episodios en VHS para verlos a escondidas. ¡Bendito Tele 5 recién llegado a España! Bertín Osborne presentando
Contacto con tacto; el programa más borracho y viciado de la historia de la tele.
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¿Eras de Brandon o de Dylan? |
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¿Y la moda? Gracias a Dios que no existía internet y a nadie le daba por hacer
streetstyle y colgarlo para fardar de modelitos. Hasta
Zara era cutre, y ni hablar de tiendas para adolescentes... al menos en las ciudades pequeñitas. Llegó
Mango y nos salvó la papeleta, pero ojo al estilismo: pantalones de ciclista de terciopelo, pantalones a lo Julián Muñoz,
Doc Martins, bodys de lencería, pendientes de perla XXL, flequillo a lo Brenda...
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El catálogo fetiche para ellas... y ellos! |
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Por no hablar del amor... ¡ay, los amores de juventud! Tan feos ellos, tan pavas nosotras. Los chicos de los 90 no se arreglaban. A la mayoría les compraba la ropa su madre y no tenían reparos con los calcetines blancos. Los modernitos llevaban camisetas roqueras y camisa de cuadros anudada a la cintura, muy a lo Kurk Cobain. Podíamos beber y fumar sin restricciones, pero nos conformábamos con katxis de kalimotxo y cerveza. Los cubatas llegaron cuando empezamos a trabajar. Si, una generación bastante más proletaria que la actual... No solíamos ir de tiendas, ni teníamos grandes pagas, ni nos pagaban viajes, ni llevábamos mucha marca encima. Escuchábamos música en walkman con cintas grabadas por amiguetes, comíamos pipas en los parques, nos prestábamos libros, hacíamos meriendas-cenas en casas antes de salir, nos prestábamos la ropa para cambiar de modelito, nos echábamos novio para toda la vida... en algunos casos.
Visto desde lejos, los 15 años tampoco fueron tan malos,
aunque me quedo con el presente y el futuro
Se han omitido fotos personales en la edición de este post para no herir la sensibilidad de los lectores