Toda mujer que se precie de serlo ha tropezado en su vida con un macho α. Con suerte, no fue ni su padre ni su hermano, pues la cantidad de testosterona en el hogar hubiera hecho difícil la calma familiar. Al llegar al colegio, aparece el niño tocapelotas, prepotente, chulito y, a veces, guapo. Nena, te pone de los nervios, te chincha, pero te gusta. No lo niegues. Seguramente te encapriches con algún alfa en tu juventud; el caramelito que todas queremos. Avasallador, arrogante, guaperas, embaucador. Nena, te pone a mil, no lo niegues.
El macho α gusta de rodearse de mujeres florero, betas o gamma, niñas monas que no den mal, que no le compliquen la vida. Y es que la combinación α+α lleva a la destrucción. Su ego no consiente ser eclipsado por uan mujer superior a él. A la mujer α le gustan los hombres α; al hombre α le gusta ser aceite, siempre por encima de los demás.
¿Quién quiere un macho α en su vida? ¿llega tarde esta advertencia?
Creo que después de un intento fallido de embobamiento con uno durante toda mi maldita adolescencia, se me quitaron las ganas de uno de esos para siempre!!
ResponderEliminarUn beso :)