lunes, 16 de enero de 2012

Relatos de invierno: las gemelas II

Amaneció nublado. El sol estaba velado, lucía triste, como una bombilla de bajo consumo. Todo se desarrolló cual costumbre. Tomaron café y torreznos. Fregaron  los cacharros. Dejaron  preparada la comida. Hicieron las camas. Se ducharon. Salieron de casa. Llegaron la lago. Se detuvieron en la orilla a dar de comer a los patos.  De repente, sucedió. Otra cayó fulminada al suelo. Se apagó. Sin hacer ruido, sin despedidas. Discreta, como siempre lo había sido. Su cuerpo quedó inerte junto al agua. Dormidos sus ojos color tristeza. Dormido su moño, sus labios de carmín.
La vida siguió su rutina. Como si no hubiera pasado nada. Los sábados por la mañana, huérfana de hermana, volvía al lago, se sentaba junto a la orilla y contemplaba su reflejo para no sentirse tan sola. Más sola que la una.

1 comentario:

  1. Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

    ResponderEliminar

Quería decirte que...