La luz de un pequeño gorrión; la voz que te hacía bella, mujer.
Arrastrando rugidos de leona en cada una de tus frases. Llorando frente a
nosotros sin perder la compostura.
La môme
Una línea dibuja tu mirada. De rojo carmín la boca perfilada. Negro tu hábito. Negra tu alma.
Madame
Nunca sabré sufrir como tú. Alumna despistada. Me faltan chinitas en el zapato, cuchillo en la garganta.
Bulevar de París, tiovivo de añoranzas. Las baldosas se tiñen de gris, cuando canta la gran Dama.
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