Era un hombre desgarbado, Dandy de extrarradio. Miope honorario, escondido tras el culo de vaso. Bebía cerveza en copa; comía fish&chips en papel de seda. Remendaba sus calcetines de hilo escocés; Llevaba al tinte sus trajes de Marks&Spencer. Opositaba a vividor.
De su barrio siempre fue el raro. Por su padre, abandonado. Da igual, sería cantante pop. En neón brillaría su nombre; carpetas forradas con sus poses. Una estrella del panorama, referente de una década.
Generaciones de adeptos, himnos coreados. Marqués de lo cotidiano, señor del proletariado.
Jarvis. Oh, mi Jarvis.
Gracias a Gustaff Choos por regalarme este momento hecho foto
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