lunes, 10 de noviembre de 2008

Belleza


Deambulo por los pasillos del centro comercial. Escaparates, bolsas, gente con prisas, gente sin quehaceres. Nada nuevo, siempre lo mismo. Mini o maxi, rojo o negro, plano o extraplano.
De repente la veo, algo hace que me fije en ella, que llame mi atención entre todas.

El rostro es pálido, los ojos borrosos, la boca gris.

Me acerco. Me gusta, aunque tiene algo diferente que me hace dudar.

Ella es la imagen de una muchacha bella, pero carente de vida. Y quiere ser lo que ve en mí.
Seguramente, se esfuerza para ello: se pinta los labios, difumina sus cejas, da color a sus pómulos.
No, no es eso. Sigue pareciendo artificial.
Como si pudiera leer mi pensamiento, sus mejillas se sonrojan. Los ojos pasan a ser verdes, la mirada, finalmente, sugiere.
Cuanto más intenta agradarme, más arriesga, más se aleja. Qué más sacrificar para ser lo que quiere ser, lo que no es, lo que solo parece.

Nos acercamos, mejor, ella se me acerca sigilosamente. Casi la puedo tocar. Finalmente nos miramos. Es hermosa, es perfecta, es lo que buscaba….

-Caballero, perdone.
-¿Sí?
- Son 245€
- ¿Perdón?
- La muñeca, digo. Es importada de Japón. Nada de baratija china, esta es japonesa, vamos, ¡Como que no se nota en el acabado!
- Si, realmente está lograda. Es toda una belleza




1 comentario:

  1. Heyyyyyyy!!!, hola Marta!!!, bienvenida a mi mundo!!!
    Espero estmos visitándonos,

    Muchos besos y sonrisas,

    Florcita.

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