Hay regalos que se esperan y nunca llegan. Al abrir los paquetes la mañana de Reyes, sonreímos con una mueca. Este año tampoco...
Miramos hacia el cielo en las noches de verano, esperando que aparezca una estrella fugaz que nos conceda un deseo. Pero tan solo esperamos...
Cuando la tarta de cumpleaños tiene pocas velas, se pide lo imposible. Y, con la inocencia de la niñez creemos que llegará.
Otras veces se nos niegan, se nos priva de nuestros sueños. Nos quedamos tristes y confundidos...
Pero es más duro añorar lo que se tuvo y no se conoció. Saber que aquello por lo que le rezabas antes de dormir existió, fue, pero no te perteneció. Y, ahora, solo te lo pueden contar.
- A tí tambien te pasó, pero fue antes de que existieras...
Siempre te te estuve esperando, mi querida hermana, pero cuando llegué ya era tarde; ya te habías ido.
Hoy es 20 de noviembre y no puedo celebrar un cumpleaños.
Hay mi niña... qué triste...
ResponderEliminarMe dió escalofríossssssss!!!
Esèro que estés bien... muchos besos y sonrisas,
Florcita.