domingo, 5 de abril de 2009

Y ahora somos 2

Tú llegaste como una brisa suave, una brisa de verano tibia y serena, y me dejé despeinar.
Al llegar el invierno, gélidos mis pies bajo el hielo, sentí tu calor en mis huesos y me dejé arropar.
Cuando soplaste más fuerte, no me resistí, no lo dudé un momento. Agarré mis libros y me dejé llevar.
Y así, fuimos surcando días y estaciones; del sur al norte, sobre corrales y palacios, puentes y senderos, valles y riberas. Todo eso que tu y yo sabemos.

Posados los dos en este palomar, en este nuestro momento, dejaremos que tu brisa y mis aires se vuelvan viento. Y así, soplando, soplando, derribaremos muros y mentideros, todo lo que ose salir a nuestro encuentro.
Tú acallando, yo removiendo; tú en tus actos, yo en mis versos. Resultará un producto que, sin ser perfecto, nos alegrará la lluvia entre todos nuestros besos.

Y después de todo, y aunque suene ligero, todo esto son palabras y me basta con susurrarte un te quiero.

Para mi esposo

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