los chicos forracarpetas

La vuelta al cole de una chica adolescente plantea un dilema:

¿Cuál será el chico forracarpetas que le acompañará?

Recuerdo tardes de Superpop y Teleindiscreta en busca de la foto o pegatina ideal, esa que rellenara el hueco entre Patrick Swaize y Mc Giver. Salir rumbo al insti enarbolando el clasificador, estardante, santo y seña, declaración de principios.

Los pecos, Hombres G, V, Los osos amorosos, Tom Cruise, Brad Pitt, Take That, Crepúsculo, Compañeros, Las supernenas, Hello Kitty... Cada generación, cada grupo ha tenido su líder forracarpetas.
Pero no nos conformábamos solamente con los lomos del clasificador, sino que también rellenábamos los separadores con fotos y anuncios de Mango o Snoopy.

Las marcas, conscientes del filón publicitario, regalaban pegatinas por doquier que, infelices de nosotros, colocábamos como gran tesoro en la parte más visible. Recordemos el daño que hizo el Bollicao a la estética ochentera...

¿Quién no ha sentido una punzada agridulce al encontrar su carpeta de estudiante en una cajón de casa de sus padres? esa mezcla de vergüenza estética y nostalgia infinita que producen las modas antiguas y las pasiones juveniles.

Yo aún conservo alguna de esos clasificadores adolescentes. Retales de aquella que fuí, la que floreció en lo que ahora soy.