Foto: Lauren Elycerose |
Desde aquel día, la casa de Maya dejó de ser un hogar. Los
arrumacos de la parejita eran directamente proporcionales a la indiferencia que
le procesaban. Se sentía tan sola, ¡tan poco amada! Por eso, empezó a
coleccionar retales de historias de amor, esperando que, tal vez, un día
encontrara ese príncipe azul que la quisiera de verdad.
El desenlace de este relato, así como de otros ya publicados, verán pronto la luz en forma de libro...
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