lunes, 22 de octubre de 2012

Un cuadro a la semana. La balsa de la medusa


Horror. Muerte. Frío. 
Cuerpos desnudos de abrazos. 
Tan cerca de la tierra, tan lejos de su salvación. 
Patera de la historia. Mismos sueños, mismas mentiras.
Un mar que no cesa
Una balsa que no salva; un estado de agonía
Somos naúfragos sociales
Islas a la deriva
Esperando la mano de otro,
Un aliento de vida.


domingo, 7 de octubre de 2012

Agosto


Agosto. Dos muchachos se besan por primera vez bajo el árbol del paseo. Un juego, un experimento. No tienen edad de amarse. Pero lo hacen. Llega el frío, vuelven al asfalto de sus ciudades. Ya no son los mismos. Guardan el recuerdo de unos labios extraños, propios.
Otro verano llega. Saben dónde encontrarse. Sin citas, sin promesas. Un momento les basta. Reencuentro. De pie, uno frente al otro. Saborean el mágico momento de antes, cuando sólo un centímetro les separa. Bocas entreabiertas, ojos entornados. Él le acerca la cara, ella se deja hacer. Fundido en negro. Tacto carnoso, calor, fuego. Sabor salado. Se olvidan de respirar. Se devoran. Con el abismo bajo los pies, se separan. Tiene miedo de más, de dejarse llevar.
Veranos en el calendario. Siempre el mismo lugar, la misma ansiedad. A él le sale barba; ella se redondea. Él pierde pelo; ella gana kilos. Es lo único que cambia. Nada saben de los días que rellenan hasta su siguiente reencuentro. Tan sólo invernan esperando el calor de un beso de verano.
Y, de repente, nada. El árbol no vuelve a cobijar sus besos. Las iniciales que grabaran en su tronco desaparecen. Sus ramas se pelan, se encorvan y languidece hasta no ser más que un muñón en medio del paseo.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Rapsoda



Despertó entre consonantes
Guturales le enmudecían
Sediento de vocales, buscaba
Un oasis en verso, poesía

De su piel de rapsoda
Brotaba tinta china
Cada gota, octosílabo
Emborronado quedaría

Hazme poema, canción, melodía
Convierte la letra en rima
Seré musa entregada,
Metáfora de alegrías

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La cajita


Cuenta la leyenda que hubo un reino seco y árido, donde el viento soplaba sin tregua y el río bajaba caudaloso. Una tierra triste donde no se escuchaban risas. Las hadas, deseosas de ayudar, enviaron a una princesa al reino. Una niña que alegrase a todos aquellos que la conocieran. Una mañana fresca de otoño, nació la princesa Malena. Dicen quienes la vieron que sus ojos brillaban como luceros y sus rizos de ébano eran suaves como la seda.
El día de su segundo cumpleaños, sus hadas madrinas le hicieron un regalo muy especial.
- Querida niña. Te entregamos esta cajita de plata bruñida. En ella hemos guardado los más hermosos dones: belleza para iluminar el día; inteligencia para ayudar a los demás; sonrisas que hacen reír; amor para hacer felices a todos. Cuídala, es tu más preciada posesión.
La princesa guardó la cajita en un bolsillo del vestido y nunca, nunca, se separó de ella.
A medida que fue creciendo, la cajita se hizo más pesada, pues las virtudes que contenía habían aumentado. Así, se convirtió en una muchacha bella y de buen corazón que, gracias a su sabiduría, ayudaba a los demás, siempre con una sonrisa.
Una noche de invierno, una bruja malvada disfrazada de anciana llamó a la puerta del castillo.
- Buenas noches, linda muchacha. Soy una pobre viejecita que se ha perdido. ¿Podría pasar la noche en las caballerizas antes de seguir con mi camino?
Malena se compadeció de ella. Le preparó un baño caliente, le dio de cenar y le dejó dormir en su cama, mientras que ella se recostó en un sillón. En mitad de la madrugada, la bruja se despertó y se acercó sigilosa a la princesa con la intención de robarle la cajita. Buscó en los bolsillos del vestido, pero no la encontró. Furiosa, volvió a la cama y se acostó. A la mañana siguiente, la joven le llevó el desayuno a la cama y, con una sonrisa, le preguntó:
- ¿Ha dormido usted bien?
- Sí querida, pero algo perturbó mi descanso.
- ¿Acaso no halló lo que venía buscando?
La bruja enmudeció. Se dio cuenta de que los malos sentimientos le había abandonado. Ya no se sentía ni triste ni enfadada. Una luz de bondad brotaba de su pecho. Malena, consciente de ello, le dijo.
- Aquella cajita que buscaba la guardo en mi corazón. Al entrar en mi casa, comer de mi plato y dormir en mi cama, ahora tú también tienes una parte de sus dones.
Así, la bruja se convirtió en una buena anciana y prosiguió su camino por en reino, contando a todos lo buena que era la princesa. La princesa Malena
A mi hija, en el día de su segundo cumpleaños

jueves, 20 de septiembre de 2012

Ilustradores: Liz Clements

http://lcillustration.tumblr.com/
Érase una mujer que escribió en su piel el nombre de todos sus amantes. Érase un hombre que se hizo grabar todas sus guerras. Una chica que quería ser pin-up; una mujer que quería ser bandera.
Un te quiero, un no me olvides. Un grito a la vida, una promesa a sí mismo.Una cicatriz con mensaje. El tatuaje es más que una moda, es la expresión del ser. Arte en la piel; tinta que cura las heridas.
Por eso me he enamorado de las ilustraciones de Liz Clements. Amor, dolor, mensaje. Más allá de lo arrabalero, de lo cotidiano. Nuestros tatuajes nos acompañan, nos definen, nos hacen valientes.


viernes, 7 de septiembre de 2012

Invisible

 
Nadie le ve. Pasan a su lado. Le ignoran. Se confunde entre el adoquinado, se acurruca en cualquier banco, huérfano de beso de buenas noches.
No siempre fue así. Fue bebé entre unos brazos; niño jugando en el patio. Joven de barrio y litrona; hombre enamorado. Un día la fortuna cerró la puerta, la última que fue suya. Cambió su techo de escayola por uno estrellado. Y dejó de contar los días. Es libre porque nada tiene; libre porque nada espera. Un invisible a tus ojos. Las más veces, molesta. Afea el parque de tus hijos; ensucia escaparate de tienda. Huele mal, está sucio. Borracho si le dejan.

martes, 4 de septiembre de 2012

Vendimia

Septiembre, Vendimia
Desnudas cepas, heridas
Por corquetes oxidados, 
Manos encallecidas

Raciman los pobres,
Limosnan frutillas
Postre en mesa triste,
No hace vino la envidia

Mi tierra, mil colores
Fiesta de cuadrillas
Que son tus frutos amores
Que son tus caldos alegría

jueves, 30 de agosto de 2012

El estuche Pelikán


Un regalo anhelado, 
un objeto para fardar
dos pisos de rotuladores
dos caras para pintar,
Grueso o fino
Plumier profesional
Amarillo, plástico fino
Diseño original

Llegar a clase triunfante
Abrir la mochila y enseñar
El regalo de tu madrina
Trofeo por comulgar

No eras nadie en los ochenta
Sin un estuche Pelikán
Casio calculadora
Maquinita para jugar
En el burguer con tu panda
Levi's, Amarras y Vans

En el trastero abandonado
Huérfano de colores está
Aquel estuche soñado
Que un día te hizo soñar




 
 


lunes, 20 de agosto de 2012

Silence

Benjamin Lacombe
Silencio. 
Se descansa.
Cierro los ojos.
Nadie me aparta. 
De soñar bonito, 
de historias hilvanadas
Volveré pronto. 
Cuando la brisa de la mañana
Sea agradable, fresca
Despeje la ventana
De fantasmas nocturnos
De calores agotada
Silencio.
La luz se apaga

miércoles, 8 de agosto de 2012

Muñeca rusa

Era grande y hermosa. Llena de vida y amor. 
Hermética, guardaba su interior. 
Se abrió a tí, te mostró sus facetas. 
Como una cebolla se desvistió. 
Buceaste su interior
Y, cuando quedose pequeñita, 
cuando nada más pasó, 
con cajas destempladas,
entonaste un  adiós. 
Como una muñeca rusa
Cascarón vació quedó
Rota, incompleta
Buscando su yo