martes, 7 de octubre de 2008

¡Que viene el coco!


De pequeña le tenía mucho miedo al coco. Y al hombre del saco también. Lo primero era fruto de cuentos infantiles más propios de Iker Jiménez pero, lo otro, tenía bastante fundamento.
Mi cole de infantil estaba en un parque del centro de mi little town. Por las tardes solía aparecer un señor mal vestido que llevaba, sí, sí, efectivamente, un saco. La señorita nos asustaba diciéndonos que aquel tipo venía a por aquellos que nos portábamos mal. Y, realmente, algún día temí por mi integridad y la de mi bocadillo de panceta. Más tarde, llegué a pensar que a aquel señor le pagaban por acojonar a niños de 4 años. Mucha casualidad...
Ahora, el señor del saco duerme en el parque que hay frente a mi portal, en el barranco del río. Cuando paso, muy de noche aún, está tapado con un cartón y, digo yo, haciendo equilibrios en ondas gamma para no caerse, horror, al Huerva, un riachuelo de poca agua y muy mal olor.
Ya no le tengo miedo al coco, ni al señor del saco. Dudo mucho que venga en sueños y me guarde junto a las patatas en su granero. El pobre ya no se puede permitir esos lujos.
Ahora, cuando una pesadilla me despierta sudando en medio de la noche y la claridad de la radioalarma, mi miedo es otro: convertirme un día en Coco, o señora del saco, abandonada, apartada, maloliente y malcomida y asustar a los niños a mi paso.
Nuestra vida depende de un hilo que, a veces, se tensa hasta romperse.

2 comentarios:

  1. Hola me gusta tu blog..me gustaria invitarte a ver el mio....cocina para inutiles..gracias..magui

    ResponderEliminar
  2. Gracias Magui!!!
    Tomaré nota de tus pastelitos. A mi me gusta también cocinar, pero no soy muy golosa...

    ResponderEliminar

Quería decirte que...