miércoles, 15 de octubre de 2008

Reserva tu persa chinchilla


Se me revuelven las entrañas todas, el instito maternal despierta en mí.
Imagina tener a uno de estos preciosos persas chinchillas. ¡Y yo que pensaba que la chinchilla era ese bicho rojo que servía para dar color al bitter!
Su exquisito manto, su carácter tranquilo y poco amigo de fiestas. Toda una estrella...
Mira con qué carita nos observan, todo corazón. Imagino que, a estas alturas, tendrán más de un mes. ¡Pero qué importa la edad si están en juego los sentimientos!
Y esa dueña... (porque es tía seguro!!!), con el corazón roto por no poder criar a todos los chinchillitas. Que total, qué son 300€ que cuesta el felpudo este con patas comparado con el amor y los pelos que esparcirá por toda la casa, por no hablar de su falta de valor, su incapacidad para subir o bajar de una altura medianamente baja, esa caja de sepiolita maloliente junto a la ducha, el despertar a las 7 de la mañana un domingo con el felpudo (si, me repito, pero es una bola de pelos) dando por culo en la cama, tenerle que comprar comida cara porque el señorito/a no admite las de oferta del Lidl, que para eso tiene toda su persitud y chinchillitud.
¡El persa chinchilla! El gran amigo de tu sofá. As tu reserva, coño, que pasan los meses y alguien tendrá que cepillar a diario pedazo de melena
Con todo mi cariño para los amantes de los gatos...

1 comentario:

Quería decirte que...